Reflexiones de invierno

Dos tres bofetadas por culero toda mi ironía y orgullo por mi falso ateísmo fueron desmoronados con un simple toque de varita mágica.

Bastó un recordatorio de que soy un simple mortal para dar las nalgas.

Hasta el día equis había sido fácil vivir con la bandera en alto y tratar de ser coherente.

 Hoy me pregunto que soy?¿Un Anarquista creyente? No lo se pero Gracias a Dios