Mirarse en el espejo y no reconocerse

Tiempo

Terminó de pasar el rastrillo por su rostro                                                                                                         al limpiar los restos de crema de afeitar, fue como entrar en otra dimensión.

El rostro reflejado en el espejo no correspondía a la última imagen que tenía de si mismo. Sintió marearse, parpadeó en varias ocasiones, restregó sus ojos, enjuago el rostro en el agua fría y nada.

La imagen de ese hombre mayor, con pelo entrecano, bolsas y verrugas en los ojos, no era él. Buscó dentro de esa mirada algún rastro, un algo que le dijera que ese reflejo correspondía. 

Y por fin, dentro, muy dentro de esa mirada vidriosa, supo que estaba.