Café, Marlon Brandon y Gastritis

Hoy salí a trabajar mas temprano que de costumbre, tenía una cita temprano, en un municipio fuera del área metropolitana. Y soy de los que no pueden salir de casa sin haber tomado un café, así haga frío ó calor, cada mañana debo tomar mi café matutino, bueno en realidad ya lo que bebo es un sustituto de café, con sabor y olor a café, pero por las prisas en la mañana no me dio tiempo.
Me desocupe demasiado pronto de mi cita y la siguiente la tenía como dos horas después. Desde que empezó el desmadrito en nuestro estado evito comer, beber y hasta cargar gasolina en la carretera, esto debido a malas experiencias que han tenido compañeros de mi lugar de trabajo; así que solo a lo que voy y me regreso, me funciona y así me siento mas seguro. Antes era una chulada salir a trabajar fuera del área metropolitana, hoy casi nadie quiere estas rutas.
Mis ganas de café eran muchas. Me detuve en el primer Seven Eleven que vi. Me estaba preparando mi café, y un señor de algunos sesenta años, se acerco a prepararse uno también pero el vaso mas grande, volteo a verme y se rio de mi vasito. Que vasito tan chiquito amigo, apoco con eso tiene. La verdad no pero la pinche gastritis luego no me deja, le contesté mientras le daba un sorbo y abría mis barritas de avena. Aijuesupinchemadre que pinche sufridera con esa chingadera, yo la padecí chingos de años, cargaba cajas de ranitidina, melox, peptobismol y cuanta madre me encontraba, pero todo eso es también puro pinche estrés, no solo es lo que comes sino todo lo que uno carga acá adentro.
Ya habíamos caminado a la salida y el seguía hable y hable. Vio el carro de mi trabajo y señalo con un movimiento de cabeza. ¿ Ahí jalas? le contesté igual moviendo afirmativamente la cabeza. Yo estaba parado en la puerta del carrito de mi trabajo y el en la puerta de una Ford Lobo Tritón cuatro puertas. Pinche viejillo anda a pie me dije a mi mismo. ¿Y te va bien ahí mijo? Tan bien como a usted no pero no me quejo, le contesté. El ni caso hizo a mi chistecito por que le estaba dando una mordida a una dona y un trago a su café. Después como que recordó que estaba platicando conmigo. Te voy a dar una receta de rancho con lo que se me quitó la gastritis, tu sabes si la haces, pero funciona; todas las mañanas muele una papa cruda con agua y te la avientas en ayunas y mira, santo remedio, a chingar a su madre la gastritis.
Yo igual de mamón que el por no hacer caso a  mi chistecito, nomas me hice pendejo dándole un sorbo a mi cafecito. El siguió hablando. Y te estresas mucho en ese jale? Por que yo así estaba pero con la receta esa y también valiéndome madre un poco los problemas es como se me quitó al cien.
Le contesté con una pregunta. ¿Y a que se dedica que le causa tanto estrés? A la ventas, soy comerciante. Ya para entonces estaba con la puerta abierta de su camioneta y yo al volante de mi carrito. Bueno amigo suerte con su gastritis. ¿Con quien tuve el gusto? me dijo. Yo de pendejo le dije mi nombre  y el ya encendía la camioneta; al ver que ya no iba a decir mas le grité de carro a carro.¿ Y usted como se llama amigo? Marlon Brandon y tiro una carcajada. Pinche viejillo gracioso, aunque viéndolo bien si le daba un aire a Marlon Brandon pero con un aire norteño mexicano.
Subió el vidrio de la camioneta y aproveche para salir salir del estacionamiento. Aún no terminaba mi maniobra cuando se detuvieron tres camionetas del ejercito atrás de nosotros, pero se fueron directo a Don Marlon Brandon. Encendí las intermitentes y un soldado se me acerco. Pa donde señor. Para Monterrey oficial, le conteste todo culeado. Se asomo a mi carrito, me vio a los ojos y vio el logotipo en la puerta y después de una pausa breve me dijo ok, rapidito por favor señor. Le hizo señas a los otros para que se movieran, salí y ya no fui a la siguiente cita que tenía. Me regrese de inmediato y sin escalas. De don Marlon Brandon ya no supe si solo era una inspección de rutina ó si traían algo con el. Yo pa tras ya no volteo, capaz que me convierto en sal.