¿Qué harías si llega tú esposo y encuentra a un hombre desnudo comiendo en tu mesa? ¡Es tomatito mi amor!

Me despertó el rico aroma de la sopa. Ya era medio día. Me senté al borde de la cama y aún desnudo vi a mi alrededor.
Chingadamadre Panchito que andas haciendo tan lejos del infierno y tan cerquita del cielo.
Mi anfitriona había puesto la chanclas de su marido al pie de la cama para evitar el piso frío.
Pinche vieja cabrona que cree que soy un vale verga o que?
Claro que no me iba a calzar esas mugres, capaz y me pega algo el wey o simplemente por respeto, sus chanclas son sus chanclas.
Me puse mis botas y mi sombrero. Porque un hombre puede andar encuerao pero sin sombrero no mames, eso si que no.
Escuchó mi chorro en el baño al miar y me gritó desde la planta baja.
Le bajas y limpias la orilla. Y ya vente a comer!
Me senté a la mesa, olía rico. Sopa con sabor a mamá. Me sirvió y aventó algunas tortillas calientitas.
Huele rico!
Y sabe con madre. Me contestó la shula.
Siéntate no vas comer conmigo o que?
Si, tu empieza, me gusta verte comer.
En eso escucho abrirse la puerta.
Lo demás ocurrió como en cámara lenta. Volteo y lo veo entrando. Miro a donde ella esta al pie de la estufa, de espaldas a mi y el tipo parado en la puerta tratando de asimilar lo que ve. Busco mi pistola pero mi mano encuentra la nada en mi cintura. Estoy en pelotas en casa de este hombre, sentado en su mesa su esposa me da de comer.
La mujer es cabrona, y cuando digo mujer no me refiero solo a ésta, la de la sopa rica. No señores, me refiero al genero. Ellas son el diablo. Pueden mentir sin parpadear. Fácilmente pasan un detector de mentiras fríamente.
 Sentí como se detuvo el tiempo. Un espesor inundo el ambiente hasta que el hombre en la puerta lo cortó como un cuchillo.
Que chingaos pasa aquí.
Yo inmóvil. Me sentí vulnerable encuerao, vestido únicamente con mis botas y mi sombrero, esperando un milagro o algo que terminara de una vez por todas con esto.
Vuelvo la vista a ella. Impasible. Como si nada pasara. Voltea, me mira y sonríe con una puta paz celestial, digna de la virgen María.
El tipo repite.
Quien putasmadres es este cabrón!
Ella le dice.
Éste? Como que quien es? Es tomatito mi amor.